EL REENCUENTRO
Hacia más de treinta años, que Jonás no volvía a su pueblo, en Mayo, este año estaba lloviendo mucho, eso hacia que los campos tuvieran un salpicar de perfumes y de colores.
Se pasaba horas y horas por los caminando por los caminos. Se paraba para contemplar cada planta que descubría y que hacia tanto tiempo que no veía, las olía para extraer su olor y poder retenerlo en lo más profundo de su alma.
Había plantas que para el eran muy cercanas, como los amapolas. Su madre lo mandaba para que las fuera a recoger, para dar de comer a los conejos que tenían en su corral y cuando venia del campo les echaba de comer. Sorprendido de ver como salían nuevas y hermosas crías de las madrigueras. Esos tiempos eran antes de los que le salían esa enfermedad que produjo un Frances haciendo no se que pruebas. Desde entonces ya se tenían que criar en jaulas grandes; verdaderas cárceles para ellos.
Todos esos recuerdos, le traían siempre tiempos de añoranza muy cercanos. A pan recién hecho el calor del hogar, a las noches en que se iba la luz, junto al fuego con el candil, que proyectaba la casa llena de sombras, que hacia que los cuentos contados, así, sin radio, sin televisión, parecían mas reales, parecían que tenían vida propia. Aquellos campesinos y campesinas eran grandes narradores, que no sabían leer ni escribir.
Se juntaban muchas veces los vecinos, pues las casas siempre estaban siempre abiertas, hasta que se iban a dormir. Los niños, se deleitaban escuchando los mayores disfrutaban de aquellos relatos de otros tiempos, no conocían la literatura. Pero ellos eran verdaderos literarios.
Jonás recuerda el respeto a los mayores. Las madres les decían ves a hacerle un recado a la "hermana"; se estaba refiriendo a la vecina, que no les unía ningún parentesco pero se tenían gran aprecio y respeto.
Todo eso le recordaba, cualquier olor que le proyectaba con el pasado.
Quería respirar ese aire de su sierra con olor a las plantas aromáticas. Ese aire limpio que pensaba que ya no existía. Hacia muchos años que no salía de la ciudad.
Durante el tiempo que paso en el pueblo fue para el como un enamorado, que vuelve con su amada después de un tiempo de viaje.
Ya Jonás no pasara ni un año que no vuelva a contemplar a su adorada y amada tierra. La que le vio nacer.
AUTOR
JESÚS COSO RODRIGO
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